Ratificada la sentencia de la Audiencia de lo criminal por el Tribunal Supremo condenando a muerte por garrote a Galeote, fue solicitado al Gobierno el indulto, si bien, no fue necesario esperar al mismo.
Los médicos de la cárcel constataron la incapacidad del cura Galeote y remitido el asunto a la Real Academia de Medicina determinaron su traslado de la cárcel al Hospital Provincial para observación.
Leemos en El Resumen hacia junio de 1887:
«La Real Academia de Medicina parece resuelta a informar en plazo breve el expediente de locura del presbítero Galeote. Hasta esta mañana ni uno solo de los miembros de la corporación había practicado el reconocimiento del enfermo. La comisión designada ha ido una vez a la Cárcel-Modelo; pero limitándose a examinar a uno de los vigilantes del establecimiento acerca del estado del reo.
El abogado defensor, Sr. Villar Rivas, ha hecho levantar hoy acta notarial, en la que se consignan estos datos.»
En julio fue traslado para su examen, así nos los cuentan en el Pabellón Nacional: «Anteayer se reunió la comisión provincial, ocupándose de una comunicación del gobernador, diciendo que el reo Galeote será trasladado al hospital Provincial para que allí la examine, como desea, la Real Academia da Medicina. Hubo amplia discusión; paro como todos se mostraron propicios a coadyuvar a la acción de la justicia, se accedió a que Galeota entre en el hospital; pero declinando en quien corresponda la responsabilidad que pudiera sobrevenir por la Vigilancia que sobre el reo se ejerza y por los alimentos que se le suministren.»
En el País nos detallan: «Hace tres días que el presbítero Galeote se encuentra en la cárcel modelo, presa de la mayor exaltación. Niégase obstinadamente a comer. Insulta y manifiesta odio reconcentrado a su familia y a la mayor parte de las personas que le rodean.
Su deseo más ardiente se cifra en que los periódicos publiquen las innumerables cartas que escribe pregonando su inocencia. Cree que con que se publicase una sola de sus cartas se le pondría en libertad; y como no las ve insertasen los periódicos que llegan a sus manos, vocifera contra los periodistas, suponiéndoles de acuerdo con sus enemigos.
Considera que su defensor, el Sr. Villa Rivas, es cómplice de los periodistas en el silencio que se hace en torno de su causa, y que está confabulado con ellos. El espectáculo que ofrece el pobre loco contrista a cuantos le ven y le oyen.»
En la sesión celebrada 27 noviembre de 1887 por la Academia de Medicina, la ponencia encargada de redactar dictamen sobre el estado mental del procesado Galeote, dio lectura a su trabajo, teniendo como conclusiones de la ponencia: que el cura Galeote padece la manía de las persecuciones en su tercer y último periodo, y que por lo tanto, es un enfermo irresponsable y peligroso. «Un enfermo que padece del delirio conocido con el nombre de monomanía de persecución, en su tercer período, o sea, cuando se despiertan ideas de ambiciones y de soberbia y exagerado orgullo, que señalan el imperio absoluto de la subjetividad». Añadiendo el informe de la Real Academia, de fecha 3 de diciembre de 1887, que «esta enfermedad es peligrosa por sus naturales consecuencias, pudiendo llevar a violencia y atentado contra las personas en quienes venga a fijarse la idea del supuesto perseguido».
Tras este informe en 1888 Cayetano Galeote fue internado en el Manicomio de Leganés o Casa de Dementes de Santa Isabel de Madrid que fue fundada en 1851 al amparo de la Ley de Beneficencia de 1849 y el posterior Reglamento para su ejecución de 1852 donde estuvo internado hasta su fallecimiento en 1922, más de 30 años. Este edificio es en la actualidad el Instituto Psiquiátrico de Servicios de Salud Mental José Germain

Manicomio de Leganés Manicomio de Leganés Manicomio de Leganés celda Manicomio de Leganés 5


Como hemos visto, el juicio de Cayetano Galeote por su condición de sacerdote así como la de la víctima fue un sonado caso e inició a la psiquiatría española en las periciales judiciales legitimándola con amplios debates entre médicos y juristas.
El escritor Benito Pérez Galdós tomó buena nota del proceso que relató en cartas para los lectores del diario La Prensa de Argentina e incluso se entrevistó personalmente con Galeote en la Cárcel Modelo de Madrid. Recientemente ha sido recogido el relato de Galdós sobre el crimen del cura Galeote en un libro junto a otro relato de otro famoso crimen: el de la calle Funecarral.
El crimen del cura galeote libro Benito Pérez Galdós
La tumba del obispo se encuentra en la Iglesia de San Isidro, lugar donde Galeote le disparó. ¿Realmente Galeote estaba loco?
«El ventero daba voces que le dejasen, porque ya les había dicho como era loco, y que por loco se libraría, aunque los matase a todos»
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA. 1605. MIGUEL DE CERVANTES.
Libros recomendados sobre el este caso:
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El día de los hechos, la instrucción y la calificación
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Primera Sesión del juicio Galeote
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Segunda Sesión del juicio Galeote
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Tercera Sesión del juicio Galeote
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Cuarta Sesión del juicio Galeote
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Quinta Sesión del Juicio Galeote
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Sexta Sesión del Juicio Galeote
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Discursos. Última palabra
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La sentencia
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Recurso ante el Tribunal Supremo
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Final