Peniche es una península dentro de la ibérica. Peniche es una ciudad de pescadores rodeada de acantilados y playas de arena en la costa centro de Portugal. El lugar idóneo para resguardar los barcos de las olas del Atlántico y servir de vigía para los navegantes. Peniche parece derivar de la palabra latina península (paene + insula), es decir, «casi isla»; otros dicen que viene de la palabra Phoenix por su similitud a otra península que existe en Creta.


En esta pequeña localidad, dando un paseo por sus calles encontraremos redes y pescado secando al sol. En Peniche, no solo podemos disfrutar de sus playas, windsurf y restaurantes, sino también encontrar parte de la historia de Portugal en las murallas y construcciones defensivas que recorren la pequeña península y que tienen como principal bastión la Fortaleza de Peniche.





La Fortaleza de Peniche. La fortaleza de la libertad. El Museo Nacional de la Resistencia y Libertad de Peniche.

La historia de la ciudad esta vinculada a su fortaleza militar. Comenzó a ser construida hacia 1544 a propuesta de Afonso de Ataíde, conde de Atouguia, después de un ataque de corsarios franceses. El rey João III, el mismo rey que instaló la Universidad definitivamente en Coimbra, sería quien ordenaría en esa época fortificar la península de Peniche para defenderla de futuros ataques. Así, se construyó en el sitio llamado Alto da Vela un baluarte con torre al estilo de los fuertes del sur de Inglaterra como el de Fort Pendennis.

Durante la unidad ibérica, el rey Felipe II y Felipe III ampliarán la fortaleza y, este último, en 1609 concede a Peniche el título de ciudad. Durante el reinado de D. João IV en 1642 se refieren a esta fortificación como «de grande importancia siendo la llave principal del Reyno por la parte del mar”.

La fortaleza como bastión militar fue protagonista de las guerras entre España, Inglaterra, Francia y las invasiones napoleónicas.
La peculiaridad geográfica de Peniche y las diversas construcciones militares que se reparten por la costa y acantilados de Peniche, además de la fortaleza, convirtieron a la península en una especie de isla inexpugnable.



Después, la fortaleza sirvió como refugio en 1868 de exiliados liberales españoles como el general Juan Prim y Prats y luego a los refugiados brasileños que participaron en la Revolta da Armada de 1893. En 1901 fue lugar de refugiados boers o afrikáans.
Más tarde, cambia su función, y en 1917 se convierte en cárcel de prisioneros alemanes durante la Primera Guerra Mundial liberados en 1919 después de la firma del Tratado de Versalles.
Si bien, la fortaleza de Peniche en 1934 será convertida en una prisión destinada a los opositores de la dictadura del Estado Novo.

Golpe de militar de 1926 y el Estado Novo. La Revolución de los Claveles.
El golpe militar de 28 de mayo de 1926 derrumbó la I República portuguesa e implantó la Dictadura Militar. En 1933 esta dictadura dio lugar al Estado Novo, designación por la que se conoce al régimen fascista en Portugal. El gobierno dictatorial fue dirigido por Antonio de Oliveira Salazar de 1932 a 1968.
Después de declarada su incapacidad física, Salazar fue substituido en el cargo por Marcelo Caetano que fue derrocado por el Movimento das Forcas Armadas (MFA) el 25 de abril de 1974.
La Revolución de los Claveles de abril de 1974 devolvió el derecho a la libertad del pueblo portugués. Se ponía fin a la más larga dictadura fascista sucedida en Europa, 48 años de opresión en Portugal y sus colonias.





La Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974 configuró la Constitución portuguesa de 2 de abril de 1976 y significó:
- El fin de las prisiones políticas.
- El establecimiento de libertades de pensamiento, prensa, asociación, reunión y manifestación.
- La consagración de los derechos esenciales de los trabajadores.
- El establecimiento de elecciones democráticas.
- El fin de las guerras coloniales. El derecho de los pueblos de las colonias a la libre determinación y la independencia.
- La mejora de las condiciones de vida de las personas.
- La democratización de la educación. La consagración de la igualdad entre hombres y mujeres.
- El cambio a un régimen democrático constitucionalmente establecido.
PREÁMBULO DE LA CONSTITUCIÓN DE PORTUGAL DE 2 DE ABRIL DE 1976
El 25 de abril de 1974 el Movimento das Forças Armadas derribó el régimen fascista, coronando la larga resistencia del pueblo portugués e interpretando sus sentimientos profundos.
Liberar a Portugal de la dictadura, la opresión y el colonialismo ha representado una transformación y el comienzo de una inflexión histórica de la sociedad portuguesa.
La Revolución ha devuelto a los portugueses los derechos y libertades fundamentales. En ejercicio de estos derechos y libertades se reunieron los legítimos representantes del pueblo para elaborar una Constitución que correspondiese a las aspiraciones del país.
A Assembleia Constituinte proclama la decisión del pueblo portugués de defender la independencia nacional, de garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, de establecer los principios básicos de la democracia, de asegurar la primacía del Estado de derecho democrático y de abrir la senda hacia una sociedad socialista, dentro del respeto a la voluntad del pueblo portugués y con vistas a la construcción de un país más libre, más justo y más fraterno.
El Fuerte de Peniche fue una de las cárceles de la dictadura, que funcionó como tal durante 40 años entre 1934 y 1974. Por esta prisión pasaron alrededor de 2500 hombres, condenados por los tribunales de la dictadura.


Esta fortaleza con más de 400 años de historia, acertadamente, en lugar de ser arrendada y convertirse en un hotel, por la presión social y protestas de la Unión de Resistentes Antifascistas Portugueses (URAP), se ha convertido en el Museo Nacional de Resistencia y Libertad, cuya misión es servir de memoria y símbolo principal de la lucha por la libertad a escala nacional, con resonancias internacionales en la lucha por la democracia y el respeto de los derechos humanos a nivel mundial.

El Museo en sus distintas estancias, combinando documentos, audios y vídeos, preserva la memoria histórica de la fortaleza y la lucha del pueblo portugués y, en particular, la resistencia a la dictadura, la libertad y la democracia. Incluso, veremos la explicación de varios de los planes fuga sucedidos en Peniche como el ocurrido en 1960 cuando tuvo lugar la evasión colectiva más importante de presos políticos (10 de ellos miembros del Partido Comunista de Portugal). Fuga protagonizada por Álvaro Cunhal a la cabeza, gracias a la complicidad del soldado Jorge Alves y mediante una cuerda de sábanas.




La entrada es gratuita y podremos ir a las distintas salas pasando por la capilla de Santa Bárbara, el fortín redondo y las antiguas dependencias de la prisión. El horario es de 10 am a 6 pm de miércoles a domingo. Más info aquí: http://www.museunacionalresistencialiberdade-peniche.gov.pt/
Archipiélago Berlengas. El naufragio del San Pedro de Alcántara.
Frente a las costas de Peniche, a lo lejos, se extiende un curioso archipiélago, el de las islas Berlengas, compuesta por las llamadas: Berlenga Grande, Ilhas Estelas y Farilhões. Son Reserva de la Biosfera de la UNESCO desde 2011. Para llegar a la visitable Berlenga Grande nos separa solo un viaje de unos 10 kilómetros, o 6 millas náuticas desde el puerto de Peniche, junto a la fortaleza, donde encontramos varios barcos que hacen el trayecto de ida y vuelta (aprox. 20 euros i/v pax).






Confesamos que la travesía nos resultó bastante movida y eso que el día era magnífico: con mucho sol y el mar aparentaba calma. Nos llamó la atención que, preventivamente, al salir del puerto uno de los curtidos marineros de la tripulación del barco iba repartiendo bolsas para el mareo. En efecto, al salir al Atlántico y cruzar el cabo Carvoeiro el barco comenzó a saltar y zozobrar de un lado a otro, borrando más de una sonrisa hasta llegar al abrigo de la isla Berlenga Grande. Unos 50 minutos de viaje que nos obligó a pensar donde dormir en la isla para no montar en el barco de vuelta. Leemos que, en algunas ocasiones, en invierno por las inclemencias del mar las islas quedan incomunicadas. Menos mal que una vez tocamos tierra merecía la pena lo que teníamos delante. Aquí se pueden adquirir los pasajes: https://viamar-berlenga.com/ o bien, contratar otras opciones de excursiones a las Berlengas.
El naufragio del San Pedro de Alcántara
Durante el viaje nos acordamos de todos los navegantes que salían al mar sin saber donde les llevarían los vientos: de Colón, de Magallanes y Elcano y de tantos otros marineros que después de ellos continuaron sus rutas con América y el resto del mundo. De hecho, en esta costa tuvo lugar uno de los naufragios más famosos de la extensa historia trágica-marítima de esta zona de costa portuguesa. Ocurrió el 2 de febrero de 1786 cuando el barco español San Pedro de Alcántara se hundió cerca de los acantilados de Papoa en Peniche.
Este barco de guerra hacía la ruta de vuelta a España desde Perú y destino a Cádiz, con unas 400 personas: peninsulares, criollos, indios y varios prisioneros incas que estuvieron involucrados en la revuelta que unos años antes fue protagonizada por el famoso jefe indio Tupac Amaru. Entre otros, viajaba como prisionero su hijo Fernando. La rebelión de Tupac Amaru II con motivo de las reformas ilustradas del rey español Carlos III terminó en la represión de aquella revuelta. Incluso, los historiadores discuten si estos movimientos deben ser considerados como precedentes de la independencia que tendría lugar unos años más tarde en el Perú.

PILLEMENT, JEAN ©Museo Nacional del Prado
El San Pedro de Alcántara transportaba una carga excepcional de más de 150 toneladas de monedas de oro y plata y 600 toneladas de cobre, el peso de sus 64 cañones, un lastre de casi 140 toneladas de piedra, 100 toneladas de quinquina (planta para tratar el paludismo), 6 toneladas y media de cacao, y finalmente el agua y los alimentos necesarios para la vida diaria a bordo de las 400 personas.
El peso excesivo de su carga, hizo que se hundiera en la costa de Peniche, desencadenando durante los próximos 3 años una gigantesca operación de rescate que permitió la recuperación de aproximadamente el 90% de la carga transportada y sacudió la tranquilidad de la vida cotidiana en Peniche. Hubo 128 víctimas mortales.
Para recuperar el contenido, el rey español Carlos III, ordenó llamar a todos los buzos de la Armada española disponibles, a los civiles y a extranjeros. Un grupo de 47 buzos a las órdenes del capitán Francisco Javier Muñoz que realizaron un enorme trabajo mediante inmersiones a pulmón.

A raíz de las dificultades encontradas en la recuperación de la valiosa carga, se puso de manifiesto la necesidad de contar con personal especializado para poder afrontar trabajos de buceo de envergadura con garantías de éxito. Tras esta experiencia, el Rey Carlos III, por Real Decreto de 20 de febrero de 1787, ordena la creación de las primeras Escuelas de Buceo, una en cada Departamento Naval. Estas Escuelas de Buceo son las más antiguas de las que se tiene constancia en el mundo y que continúan en funcionamiento.

La isla Berlenga Grande
Continuando con nuestra pequeña estancia por Berlenga Grande, comenzamos una ruta marcada para visitar el pequeño pueblo de pescadores, el faro, el fuerte y la playa donde tomar un frío baño.




La presencia humana en las islas ha existido desde siempre y ya desde tiempos del Imperio romano las Berlengas eran puerto en la ruta por la costa portuguesa. Durante la Edad Media, hay constancia de presencia árabe, e incluso en 1147 en una carta de un cruzado inglés se indica que a estas islas las llaman Berlengas como corrupción del nombre Baleares y que existía un hermoso palacio.
«… Junto dela há ainda duas ilhas, a que julgo chama Berlengas, corrupção de Baleares e numa delas existe um palácio de maravilhosa arquitectura, com muitos alojamentos de arrecadação, o qual segundo dizem serviu outrora de agradabilíssimo retiro particular de certo rei. […]”
Con la aparición del reino de Portugal las islas pasan a ser posesión real. Serán los monarcas quienes las donaron a los infantes o a nobles con los correspondientes derechos sobre ellas.
Durante el siglo XV, este territorio estaba considerado una coutada real (coto real) donde tan solo podía cazar su propietario siendo muy abundante el conejo, incluso, en 1465, el rey Afonso V, permitió a los habitantes del concejo de Atouguia, en días de boda, el día del Corpus de Deus y el de Pentecostes, matar conejos y otra caza en Berlenga.
Hacia 1514 se estableció el primer monasterio de la orden de Jerónimos en la zona donde hoy existe un pequeño pueblo, proporcionando asistencia religiosa a las tripulaciones que paraban. Estos monjes recibían como privilegio real un diezmo de los peces que se pescaran en estas aguas.

Sin embargo, el ataque frecuente de piratas y corsarios europeos y del norte de África en esta costa y, en particular, en este territorio insular, motivó que los monjes en 1545 se trasladaran de la isla. La piratería de ingleses, franceses, holandeses, marroquíes y argelinos, se mantuvo en el tiempo, al menos, hasta mediados del siglo XIX. Por ello, se construyó en la isla el Fuerte de San Juan Bautista. Este peligroso archipiélago fue escenario de batallas entre navíos españoles e ingleses durante la guerra entre Felipe II e Isabel I de Inglaterra que intentaba detener el poder de la Monarquía Hispánica. (1585-1604)

En 1617, el rey Felipe II dona la isla de Berlenga a D. João Gonçalves de Ataíde, conde de Atouguia de Baleia e indica la necesidad de construir un fuerte ante los ataques piratas. Tal fuerte será construido hacia 1654 por orden del rey Juan IV. En 1666 durante el periodo de Guerras de Restauración con España, el fuerte será atacado por 15 naves españolas durante una operación para evitar el enlace del rey portugués Afonso VI resistiendo durante 2 días al asedio.
Las islas serán propiedad de la familia del Conde Atouguia de Baleia hasta 1759, fecha en que las islas son reintegradas a la Corona portuguesa tras su confiscación a esta familia noble al ser vinculada como una de las instigadoras del atentado frustrado al rey José de Portugal en el contexto del célebre e interesante proceso de los Távoras que os contamos en este enlace: El Proceso de los Távoras




Ya en el siglo XIX hacia 1841 se construyó el faro que recibe nombre del faro del duque de Braganza y se venden partes de los terrenos de la isla. En 1883 las islas pasan a ser propiedad privada de José María Monteiro a excepción del terreno del Fuerte de San Juan Bautista, propiedad del Estado y las parcelas donde se encuentran el faro y la cisterna. Fallecido en 1904, esta tierra fue compartida por sus diversos herederos, estando a finales del siglo pasado dividida en seis parcelas de propiedad privada. En los periódicos de la época aparece la noticia de la venta de estas islas.


En la actualidad las islas son un pequeño paraíso donde disfrutar nadando o buceando en sus calas, tomando algo en su pequeño kiosko o en su restaurante y observando aves, las auténticas dueñas de las islas, hay miles de gaviotas y especies en crítico peligro de extinción como el arao común, pájaro que se asemeja a un pingüino pequeño y es el símbolo de la Reserva.



Por cierto, es posible dormir en las islas teniendo varias opciones:
- Forte de S. João Batista – Reservas por email: berlengareservasforte@gmail.com
- Berlenga Bed & Breakfast – Reservas berlengabedbreakfast@gmail.com | +351 262 148009
- Área de Campismo – Reservas por e-mail: campismo.berlenga@cm-peniche.pt



Más información:
http://www.cm-peniche.pt/home/home.aspx
San Pedro de Alacantará exposición Museo Nacional Arqueología de Lisboa
Museo de la resistencia Peniche
Excursión de un día a las Berlengas desde Lisboa
Libros recomendados: