El juicio del profesor John Webster por el asesinato del doctor Parkman. Un crimen en Harvard

Boston, noviembre de 1849. La desaparición de un miembro de la alta sociedad, el Dr. George Parkman, concluirá en uno de los procesos célebres de la historia de los Estados Unidos. No solo sería uno de los primeros casos en que el estudio de los huesos y la dentadura fue determinante para el veredicto del jurado en pleno siglo XIX, sino que también, las instrucciones que fueron dadas por el juez presidente del tribunal al jurado cambiaron en Estados Unidos los requisitos de la prueba para obtener la condena de un acusado. Los jurados no debía tener una certeza absoluta de la culpabilidad a través de la prueba, sino valorar la prueba más allá de toda duda razonable (Beyond a reasonable doubt), concepto que se convertiría en el estándar de prueba a seguir en todo proceso penal en dicho país. El caso Parkman marcó a la sociedad, a la ciencia forense y a la justicia americana de mitad del siglo XIX.

La desaparición del doctor Parkman

En la década de 1840, Boston, una de las ciudades más antiguas de Estados Unidos, se había convertido en la ciudad de residencia de muchas familias ricas con posiciones preeminentes en la sociedad, los negocios o la política estadounidenses. El Dr. Parkman pertenecía a esa categoría social. Tras ser enviado por su padre a la Universidad de Aberdeen en Escocia donde obtuvo el título de medicina, regresó a Boston después de la Guerra de 1812. Parkman, tras la muerte de su padre en 1824, se convirtió en heredero de una gran fortuna, si bien, los negocios de compraventa e inmobiliarios le apartaron del ejercicio de la medicina, siguió vinculado a ella como uno de los benefactores del Harvard Medical College. El Dr. Parkman, dedicado a sus negocios patrimoniales, era conocido por prestar dinero y dar largos paseos a pie por la ciudad para cobrar esas deudas y rentas personalmente.

El 23 de noviembre de 1849, días antes de festivo Día de Acción de Gracias (Thanksgiving), el doctor George Parkman desapareció misteriosamente. Fue visto por última vez en Harvard Medical College. Tras informar la familia a la policía de su extraña ausencia, comenzaron las investigaciones y se publicaron avisos en los periódicos locales ofreciendo recompensa. La teoría de que había sido asaltado con el propósito de robo cobraba fuerza.

Los investigadores siguiendo los últimos pasos del doctor Parkman llegaron a la pista del profesor Webster, amigo del doctor. Estuvo con Parkman en el laboratorio del Harvard Medical College el mismo día que desapareció. El dr. Parkman había prestado dinero al profesor Webster y el doctor había ido a reclamarle el pago, Webster le abonó la deuda y Parkman se fue, según indicó. John White Webster era profesor de química y geología en Harvard. Había estado teniendo problemas financieros. El profesor Webster intentaba mantener un nivel de vida similar a los miembros de la alta sociedad de Boston, pero con un salario que apenas cubría los gastos de mantenimiento de su vivienda y familia.  

Doctor Parkman

Sin embargo, la investigación tras una semana dio un vuelco, el conserje de la Harvard Medical College, Sr. Littlefield, había observado que el profesor Webster se estaba comportando de manera extraña varios días atrás. Así, el sr. Littlefield, haciendo de testigo-investigador, encontró las partes de un cuerpo en el sótano de la facultad de medicina excavando junto al retrete del laboratorio de Webster, siguiendo un extraño olor.

Tras el aviso del conserje, las autoridades de Boston descubrieron entre cenizas huesos humanos, partículas de oro y un conjunto de dientes postizos en el horno de la universidad. El profesor Webster fue arrestado por el asesinato de Parkman. Al día siguiente, en una búsqueda más intensa, se descubrió escondido en un cofre el tórax de un cuerpo humano en el laboratorio de Webster. Tan pronto como llegó a prisión, Webster cayó enfermo: había intentado envenenarse con estricnina. La alta sociedad de Boston no daba crédito a la implicación en el crimen de un respetado profesor y científico. La evidencia apuntaba al profesor directamente, pero quizás el conserje Littlefield, con reputación de desenterrador de cadáveres para los doctores de la Universidad, podía haber intentado incriminar al profesor Webster. ¿Fue Webster o Littlefield, ambos o ninguno de ellos? ¿Realmente las partes del cuerpo decapitado encontrado eran del Dr. Parkman o, incluso, eran del mismo cuerpo?

El Jurado forense, Cornoner´s jury, fue convocado para determinar la causa de la muerte del cuerpo de que debía ser el sr. Parkman y preparar la acusación, luego el Gran Jurado procedió a la acusación formal contra Webster descartando al conserje. (El Grand Jury, jurado de acusación, es una institución de common law compuesta por ciudadanos que evalúan acusaciones penales, si es admitida pasa al Petit Jury. Este sistema se mantiene actualmente solo en EEUU).

Noticia en España del asesinato del Doctor Parkman. Diario La España enero de 1850

El Juicio del profesor Webster más allá de toda duda razonable

El juicio comenzó el 19 de marzo de 1850 en el Tribunal Judicial Supremo de Massachusetts Supreme Judicial Court bajo la presidencia de juez Lemuel Shaw. Webster se declaró inocente.

El juicio despertó una inusual expectación en todo Estados Unidos y en gran parte de Europa. Periodistas de todo el mundo cubrieron las sesiones de las vistas, unos 12 días en que unas sesenta mil personas se fueron turnando para presenciar parte de las sesiones previo establecimiento de turnos de entrada a la sala del tribunal.

Webster fue defendido por dos letrados de Harvard con poca experiencia en asuntos penales Edward Dexter Sohier y Pliny Merrick. Al frente de la acusación estuvo el fiscal general de Massachusetts, John Clifford (más tarde gobernador), quien se limitó principalmente a las declaraciones de apertura y cierre, y el fiscal George Bemis que se dedicó al interrogatorio de testigos, más de 120 y que años más tarde publicaría un informe sobre el juicio que constituye la versión oficial del mismo.

La Fiscalía se enfrentaba a un caso difícil debido a que el cuerpo de la víctima estaba desmembrado sin la cabeza y se habían intentado quemar la mayoría de las partes. La Fiscalía tuvo que acusar a Webster sin el corpus delicti o prueba del asesinato. Las pruebas circunstanciales de la Fiscalía eran abrumadoras, una gran evidencia secundaria, pero faltaba la evidencia principal, el cuerpo. Los expertos médicos y el resto de pruebas debían acreditar que el cuerpo era de Parkman y que había sido asesinado. La defensa debía argumentar que los fragmentos humanos hallados no era de Parkman y cuestionar las circunstancias de la muerte. Además, en caso de que Webster hubiese matado a Parkman, pudo haber sido a consecuencia de una provocación o de otras circunstancias, y en ese caso no habría asesinato sino homicidio.

El segundo día, el jurado fue llevado a la escena del crimen en la Harvard Medical College. La tercera sesión del juicio estuvo marcada por las periciales. El decano de la Harvard Medical CollegeOliver Wendell Holmes, indicó que el cuerpo había sido descuartizado por alguien con buenos conocimientos de anatomía y que la estructura del cadáver no era diferente a la de George Parkman. El anatomista Wyman describió los huesos encontrados y mostró cómo encajaban en un novedoso diagrama para la época mostrado en la sala del tribunal con la posición del esqueleto y los huesos encontrados, afirmando que eran de una sola persona porque no había duplicados. Nathan Cooley Keep, dentista de Parkman, juró que la mandíbula con dentadura postiza encontrada en el horno pertenecía a Parkman, reconociéndola por el trabajo que le había realizado en 1846. Mostró al jurado cómo la mandíbula descubierta encajaba exactamente en un yeso de impresión que había utilizado con la mandíbula de Parkman. Sin embargo, el dentista William TG Morton dijo que si la mandíbula encontrada en el horno «se colocara entre una docena de otras, no me vería inducido a distinguirla por ninguna peculiaridad». Colocó varias dentaduras postizas propias en el molde del dentista Keep y encajaron sin problemas.

En las sesiones siguientes, los testigos fueron llamados al estrado. El conserje de la Universidad que encontró los restos, Sr. Littlefield explicó las extrañas formas de actuar de Webster y cómo encontró las partes del cadáver. Después, varios testigos y Webster hablaron sobre la deuda y el pago a Parkman. Más testigos corroboraron el comportamiento inusual de Webster tras la desaparición de Parkman. Aportados por la defensa, más de 20 testigos afirmaron haber visto a Parkman en fechas posteriores al crimen.

En el turno de los informes finales, el letrado de Webster, Sohier, en un discurso de unas seis horas se centró en la falta de pruebas, ya que la Fiscalía no había demostrado que Webster era el asesino, además varios de los forenses admitieron que era difícil identificar el cuerpo o cómo había muerto el hombre. Incluso, si los restos eran de Parkman, la Fiscalía no había demostrado cómo fue su muerte.

La Fiscalía, con un discurso que duró toda la sesión, argumentó que los sólidos testimonios médicos eran irrefutables y, sin duda, las partes del cuerpo encontradas eran de Parkman quien había sido asesinado en el laboratorio de Webster por el mismo y debido a la situación financiera que Parkman quería resolver.

Finalmente, el juez presidente Shaw en unas instrucciones sin precedentes dadas al jurado, indicó que los miembros del jurado no debían tener una certeza absoluta de la culpabilidad a través de la prueba, sino valorar la prueba más allá de toda duda razonable (Beyond a reasonable doubt), concepto que se convertiría en el estándar a seguir en todo proceso penal en dicho país:

«… en caso de homicidio, no solo debe probarse una muerte por violencia, sino que se debe, en una medida razonable, excluir la hipótesis del suicidio y una muerte por el acto de cualquier otra persona. Esto debe probarse más allá de toda duda razonable. Entonces ¿Qué es una duda razonable? Es un término de uso frecuente, probablemente bastante bien entendido, pero no fácilmente definible. No es una mera duda posible; porque todo lo relacionado con los asuntos humanos, y dependiendo de la evidencia moral, está abierto a alguna duda posible o imaginaria. Es ese estado del caso, que, después de toda la comparación y consideración de todas las pruebas, deja las mentes de los miembros del jurado en la condición de que no pueden decir que sienten una convicción permanente, o una certeza moral, de la verdad del cargo. La carga de la prueba recae en el fiscal. Todas las presunciones de derecho independientes de la prueba están a favor de la inocencia; y toda persona se presume inocente hasta que se demuestre su culpabilidad. Si sobre dicha prueba quedaran dudas razonables, el acusado tiene derecho a beneficiarse de ella mediante una absolución. Porque no es suficiente establecer una probabilidad, aunque sea fuerte que surja de la doctrina de las posibilidades, que el hecho acusado sea más probable que sea cierto que lo contrario; pero la evidencia debe establecer la verdad del hecho con una certeza moral y razonable; una certeza que convence y dirige el entendimiento y satisface la razón y el juicio de aquellos que están obligados a actuar concienzudamente sobre ella. Consideramos que esto es una prueba más allá de toda duda razonable. (Commonwealth contra Webster, 59 Mass)»

El 30 de marzo de 1850, el jurado deliberó menos de tres horas. Fueron unánimes al concluir que los restos eran de Parkman, que Webster lo había matado y que lo había hecho deliberadamente. El veredicto fue de culpabilidad y Webster fue sentenciado por el juez Shaw el 1 de abril a muerte mediante ahorcamiento público.

Las reacciones a la sentencia estuvieron marcadamente divididas en todo el país y existió una clara crítica al sistema judicial y, especialmente, contra el juez Shaw por instruir al jurado.

En junio de 1850 tras fracasar la vía judicial, Webster escribió su confesión. Admitió haber matado a Parkman en defensa propia cuando este intentó atacarlo por el impago de la deuda. A pesar de las varias peticiones de perdón o conmutación de la pena, se mantuvo firme la sentencia y Webster fue ahorcado públicamente el 30 de agosto de 1850.

Representación de la muerte de Parkman

El crimen del doctor Parkman marcó una época. Veinte años después de aquellos hechos, en la segunda visita del famoso escritor Charles Dickens a Boston, cuando se le preguntó qué quería ver en la ciudad, pidió ver el laboratorio en el que Webster mató a Parkman. La visita de Dickens pudo inspirar tal vez algunas ideas de la novela el misterio de Edwin Drood. Hoy el lugar donde ocurrieron los hechos, el original Harvard Medical College de la calle North Grove, está ocupado por el prestigioso Massachusetts General Hospital.

De hecho, el caso de asesinato del Doctor Parkman aún mantiene entre los investigadores actuales bastantes dudas y misterios que cuestionan varios de los hechos de la versión oficial. Recientemente, varios libros analizan el caso y un documental recrea como fueron aquellos días en Boston que enlazamos en el siguiente video en inglés:

Más información y fuentes:

Murder in the medical school: the Parkman-Webster case, Boston 1849-50

How A Harvard Doctor’s Sordid Murder Launched Modern Forensic Anthropology

Report of the case of John W. Webster. George Bemis

New Mandatory Jury Instruction on Reasonable Doubt

The Metamorphoses of Reasonable Doubt: How Changes in the Burden of Proof Have Weakened the Presumption of Innocence

Agria fama intercontinental