Almagro

La ciudad de Almagro, capital histórica de la comarca de Campo de Calatrava, nos abre el telón para conocer este fascinante territorio manchego y su compleja historia. Desde su famosa Plaza Mayor de soportales y balcones verdes tendremos que remontarnos al tiempo de la Reconquista de España para comprender la importancia de este enclave en la actual provincia de Ciudad Real, de la que en el siglo XVIII Almagro será su capital entre 1750 a 1761.

La Orden de Calatrava en Almagro

Algo que marcará a esta región será el nacimiento de la Orden de Calatrava en ella. Tal y como cuentan las crónicas, una gesta heroica acaecida en el siglo XII dio lugar a la fundación de la primera orden militar y religiosa de origen hispano: tras la toma a los musulmanes de Calatrava (hoy Calatrava la Vieja a 25 km de Almagro y 17 km de Ciudad Real) cuya posición era estratégica para asegurar el avance de tropas hacia Andalucía en la ruta Toledo – Córdoba, el rey Alfonso VII la entregó a la Orden del Temple, si bien, fue devuelta ante su difícil protección. Será Sancho III de Castilla, sucesor de Alfonso, quien convoque a sus nobles para la defensa de la ciudad de Calatrava, pero ninguno se atreve a tal empresa, salvo un abad de la orden del Cister, don Raimundo del monasterio de Fitero (Navarra) quien se ofrece con sus monjes a la lucha y defensa del baluarte. Era el año 1158. Se estima que en unos pocos años se consiguió reunir un ejército de unos 2000 monjes guerreros en la cruzada contra el Islam peninsular, serán conocidos como los Caballeros de la Orden de Calatrava, su líder elegido de entre ellos recibirá el nombre de Maestre y su señal una cruz griega de gules, en un principio negra, luego roja.

La expansión de la Orden de Calatrava supuso tener bajo su propia jurisdicción a más de 350 villas, siendo la ciudad de Almagro donde establecieron sus palacios maestrales. Actualmente, aquellos palacios son la sede del Museo Nacional del Teatro que se encuentra en un extremo de la Plaza Mayor de Almagro. En el siglo XIII fueron construidos para albergar la corte del Maestre de la Orden y convento de frailes y caballeros. El Maestre como autoridad suprema de la Orden poseía su propia corte a modo de pequeño príncipe, con la diferencia de que era elegido por el Consejo de los Trece Frailes. Entre sus funciones destacaba la organización de la Orden y elección de sus cargos, la concesión de privilegios y la administración de justicia en su jurisdicción. De tal modo, que ya en 1213 el maestre Gonzalo Yáñez sería quien concediera fuero a la villa de Almagro, luego confirmado por el rey Fernando III en 1222. Junto al Maestre de la Orden existían otros cargos como Comendadores Mayores de Castilla y de Aragón, así como el Prior encargado de la correcta vida espiritual de los caballeros.

Durante el reinado de los Reyes Católicos el cargo de Maestre se fusionó para siempre en la Corona siendo el rey el maestre supremo de la Orden, de modo que parte de los palacios de Almagro fue dedicada a residencia del Gobernador de la ciudad y en el siglo XVIII en Cuartel de Caballería. De la primera época medieval se conserva el torreón del edificio y el impresionante patio mudéjar. La transformación en Museo Nacional de Teatro de los palacios maestrales ocurre en 1990 debido a la importancia del Corral de comedias descubierto en los años cincuenta del siglo XX.

El Corral de Comedias de Almagro Teatro del siglo de Oro

En un lateral de la Plaza Mayor de Almagro, bajo sus soportales accederemos a la mayor atracción turística que tiene la ciudad: su corral de comedias, edificado hacia 1628. El Corral de Comedias de Almagro totalmente conservado conforme a la estructura de los corrales del Siglo de Oro se construyó en un patio de un mesón y, poco a poco, perdido su uso, fue olvidado pero no destruido, de ahí que en 1954 fuese redescubierto tras unas obras de reforma y declarado Monumento Nacional.

Un vez en su interior, intentamos conjeturar cómo debía ser una representación teatral en este impresionante corral: al entrar existía la alojería, es decir, su bar donde poder conseguir la típica aloja, una bebida a base de miel y especias sin alcohol (para evitar problemas mayores en el patio). En el centro del recinto se repartían los hombres comunes. Y en las galerías laterales los nobles, representantes eclesiásticos y civiles. Las máximas autoridades poseían zonas privadas ocultas al público por celosías. Las mujeres debían subir a la primera grada llamada de cazuelas ya que no podían estar junto a los hombres. Una vez en el interior, el apretador colocaba bien a la gente y el mantenedor del orden controlaba cualquier altercado.

Frente al escenario nos queremos imaginar una obra del Siglo de Oro muy relacionada con Almagro, donde el malo de la trama es, precisamente, el Comendador Mayor de la Orden de Calatrava, Fernán Goméz de Guzman junto a su Maestre Rodrigo Téllez Girón. Por supuesto, hablamos de Fuente Ovejuna de Lope de Vega escrita en 1619. La trama principal se basa en un hecho real ocurrido en 1476 en Fuente Obejuna (Córdoba) población sometida a la jurisdicción de la Orden de Calatrava, donde sus habitantes se rebelaron ante el gobierno opresor y tirano del Comendador de la Orden Fernán Gómez quien abusaba del poder que la leyes le concedían, de tal manera que el pueblo colérico sitió y asaltó su casa y allí lo asesinaron. Tras la oportuna investigación, los Reyes Católicos perdonan el crimen a todo el pueblo de Fuente Obejuna que se inculpa en grupo.

Ahora bien, la obra de Lope comienza en Almagro y Ciudad Real en el momento que se discutía el trono entre la futura Isabel la Católica y los partidarios de su sobrina Juana la Beltraneja, tras haber sido atacada Ciudad Real por la facción contraria a Isabel dirigida por la Orden de Calatrava. Lope de Vega toma la historia de la Crónica de Frey Francisco de Rades y la modifica a su gusto, añadiendo a sus protagonistas: Laurencia y Frondoso.

Y así, vengo a aconsejaros

que juntéis los caballeros

de Calatrava en Almagro,

y a Ciudad Real toméis,

que divide como paso

a Andalucía y Castilla,

para mirarlos a entrambos

Fuenteovejuna. Comendador. Acto I

La obra de Lope es una clamor contra la opresión de los poderosos y la fuerza del pueblo frente a ellos «que simboliza la alianza entre la Monarquía y el pueblo en su afán de abolir privilegios y rangos de la noblezauna muestra verídica de la defensa de la dignidad del hombre frente al poder injusto, conforme a la teoría que en el siglo XVI va a inspirar el Padre Mariana, según la cual «al tirano de hecho, como enemigo público, se le puede despojar del poder y de la vida».» (José F Acedo Castilla)

Desde el punto de vista jurídico el debate es muy interesante: ¿Quiénes son culpables de la muerte del comendador? La culpabilidad de las muchedumbres, la justificación del crimen en la legitima defensa, qué debían hacer los Reyes Católicos, ¿castigar o perdonar a Fuente Obejuna?. Os indicamos un par de interesantes estudios: El derecho procesal durante el reinado de los Reyes Católicos y su reflejo en «Fuenteovejuna» de Mariano de la Llana Vicente y El motín de Fuente Ovejuna en el teatro de Lope: la psicología de las muchedumbres y la naturaleza de sus delitos de José F Acedo Castilla.

JUEZ: A Fuenteovejuna fui
de la suerte que has mandado
y con especial cuidado
y diligencia asistí.
Haciendo averiguación
del cometido delito,
una hoja no se ha escrito
que sea en comprobación;
porque conformes a una,
con un valeroso pecho,
en pidiendo quién lo ha hecho,
responden: «Fuenteovejuna.»
Trescientos he atormentado
con no pequeño rigor,
y te prometo, señor,
que más que esto no he sacado.
Hasta niños de diez años
al potro arrimé, y no ha sido
posible haberlo inquirido
ni por halagos ni engaños.
Y pues tan mal se acomoda
el poderlo averiguar,
o los has de perdonar,
o matar la villa toda.
Todos vienen ante ti
para más certificarte

Conjunto Histórico de Almagro

Almagro es teatro y, por ello, su escenario no es sólo su corral, es un enorme patrimonio compuesto por casonas, palacios, iglesias y conventos; un conjunto histórico donde perderse por sus calles. Buena parte de la prosperidad que antaño tuvo la ciudad se debe al descubrimiento de América, con una doble influencia, primero por ser el lugar de nacimiento de uno de los conquistadores más afamados: Diego de Almagro, fundador de la ciudad de Quito en 1534, conquistador de Perú, explorador de Chile y Bolivia, (en la Plaza Mayor de Almagro veremos su estatua ecuestre ) y segundo, por ser la ciudad elegida donde establecer sus negocios la poderosa e influyente familia alemana de los Fugger o los Fúcares en versión españolizada.

Por el apoyo económico a la candidatura imperial de la dinastía de Habsburgo, el rey Carlos V permitió que los Fugger desde Almagro realizasen sus préstamos, gestionasen ingresos de la Corona como los maestrazgos de la órdenes militares y la explotación de la mina de Almadén vinculada al mercurio y la limpieza del oro y plata procedente de América así como el mercado de lana procedente de la Mesta con destino a Flandes.

De la etapa de los Frugger en Almagro sorprende su casa palacio del siglo XVI con su elegante patio renacentista, casa conocida como de Juan Jedler agente de los Fugger en Almagro.

Jacobo Fúcar con su contable principal Matthäus Schwarz Bibliothèque Nationale, Paris

Posiblemente, por influencia europea flamenca comiencen en Almagro a elaborarse sus famosos encajes y blondas que tanta fama y prosperidad otorgaron a la ciudad.

Durante el siglo XVI y XVII la ciudad de Almagro crece y prospera, posee mercado de ganados y dos ferias anuales. Es el lugar donde se gestiona el cobro de rentas, derechos y pechos Maestrales de la Orden, así como de impuestos reales, de ahí que se convierta en la población donde contadores, letrados y mercaderes residan en elegantes casonas y palacios. Incluso, existió un peculiar y específico sistema de elección de cargos municipales en Almagro establecido por una carta concordia otorgada por el maestre frey don Garcí Lope de Padilla el 8 de octubre de 1483 aprobada por el monarca y por la que se pretendía que los mercaderes no se vieran privados de formar parte de los cargos municipales y evitar discriminación por limpieza de sangre a los conversos o cristianos nuevos y, aun así, provocó pleitos en distintos tribunales durante unos 150 años hasta su abolición con elección de cargos sin distinción de estados.

Antigua cárcel de Almagro. Portada barroca siglo XVIII

La ciudad llega a tener en 1574 Universidad y perduró hasta 1824. Su impulsor fue Frey Fernando Fernández de Córdova y Mendoza, de la Orden de Calatrava gracias a sus donaciones para la construcción del Convento Universidad de Nuestra Señora del Rosario entregado a la orden de Predicadores de Santo Domingo. De aquel edificio tras la desamortización y sus diversos usos, se mantiene la iglesia y alguna zona colegial siendo usado para algunos actos del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro que desde 1978 se viene celebrando en la ciudad.

El barrio noble de Almagro se completa en la Plaza de Santo Domingo donde encontramos el Palacio de los Marqueses de Torremejía antigua casona con elementos desde el siglo XV hace poco adquirido por el empresario mexicano Mauricio Fernández para instalar su colección de pinturas y el Palacio de los Condes de Valdeparaiso del S. XVII junto al convento de monjas Bernardas. Precisamente, el II Conde de Valparaiso, Secretario de Estado y del Despacho de Hacienda durante el reinado de Fernando VI de España, sería quien trasladaría la capital de la provincia de la Mancha a Almagro durante una década en detrimento de la actual capital Ciudad Real.

En arquitectura religiosa Almagro destaca también: El Convento del Santísimo Sacramento de los Agustinos próximo a la plaza Mayor construido a partir de 1634 es representativo del Barroco. La Iglesia de la Madre de Dios exponente del gótico tardío con torre inacabada y una gran rosetón. El Convento de Santa Catalina, hoy el Parador Nacional de Turismo, del siglo XVII.

Juzgados de Almagro

Por cierto, muy cerca del Parador Nacional encontramos los Juzgados de Almagro en un edificio actual construido en 2012 que intenta imitar en su distribución al habitual patio interior típico de las casas solariegas y palacios de Almagro, además cuenta con un peculiar y pionero sistema geotérmico de climatización de no muy buenos resultados. Pese a todo, en ellos, a buen seguro, vuelven a representarse escenas como la del Entremés del Juez de los divorcios de Miguel de Cervantes:

JUEZ.-   ¿Qué pendencia traéis, buena gente?
MARIANA.-   Señor, ¡divorcio, divorcio, y más divorcio, y otras mil veces divorcio!
JUEZ.-  ¿De quién, o por qué, señora?
MARIANA.-  ¿De quién? Deste viejo que está presente.
JUEZ.-   ¿Por qué?
MARIANA.-   Porque no puedo sufrir sus impertinencias, ni estar contino atenta a curar todas sus enfermedades, que son sin número; y no me criaron a mí mis padres para ser hospitalera ni enfermera. Muy buen dote llevé al poder desta espuerta de huesos, que me tiene consumidos los días de la vida; cuando entré en su poder, me relumbraba la cara como un espejo, y agora la tengo con una vara de frisa encima. Vuesa merced, señor juez, me descase, si no quiere que me ahorque; mire, mire los surcos que tengo por este rostro, de las lágrimas que derramo cada día por verme casada con esta anotomía.
JUEZ.-   No lloréis, señora; bajad la voz y enjugad las lágrimas, que yo os haré justicia.

Más Información y fuentes:

Festival de Teatro Clásico de Almagro

Visita guiada por Almagro

Almagro mi pueblo

El palacio de los Maestres de la Orden de Calatrava en Almagro en el siglo xv

El derecho procesal durante el reinado de los Reyes Católicos y su reflejo en «Fuenteovejuna»