En los Altos Pirienos franceses existen un castillo y una abadía que nos situarán en la Francia medieval. Ambas visitas nos servirán para conocer más sobre la historia de este país, sus instituciones y personajes.
Contenidos:

El castillo de Mauvezin
El castillo de Mauvezin se encuentra en la commune de Mauvezin perteneciente a la communauté de communes du Plateau de Lannemezan. Esta zona es una encrucijada entre territorios históricos de gran diversidad paisajística y medioambiental. El castillo se encuentra a medio camino entre la ciudad Tarbes, Lourdes y el Parque Nacional de los Pirineos.
El castillo está sobre una colina elevada, remontando sus orígenes al siglo XI, fue ampliado, sucesivamente, hasta el siglo XIV, quedando en ruinas en el siglo XIX. Ubicado estratégicamente en una zona de paso y frontera entre los antiguos condados de Bigorra, Commiges, Armagnac, Aure y Labrathe, formados del fraccionamiento del ducado de Gascuña en el siglo XI, ducado que desde entonces compone una entidad histórica, lingüística y cultural delimitada por el curso del río Garona al este y al norte.
Del castillo de Mauvezin debemos saber que lo gestiona una asociación y es de su propiedad. La asociación se llama Escòla Gaston Febus y fue fundada en 1896 por varios escritores y políticos de la región cuyo fin era desarrollar el estudio de la antigua lengua románica (el Gascón, derivado del occitano) de las antiguas provincias de Gascogne y Béarn, sus antiguas costumbres, sus leyendas, sus tradiciones, en una palabra, todo lo relacionado con la historia y la legislación de Béarn y las tres partes de la antigua Gascuña: Landes, Bigorre y Armagnac.

Después de la Revolución de 1789, el castillo se convirtió en propiedad nacional y, luego, en propiedad comunal. Los habitantes de la zona, como solía suceder pese a estar prohibido, lo utilizaron como cantera para nuevas edificaciones y buena parte de los sillares del castillo fue a parar a la construcción del establecimiento termal de Bagnères- de Bigorre. En 1862, Achille Jubinal, conocido medievalista y diputado de los Altos Pirineos, compró el castillo para restaurarlo, si bien, murió en 1875 sin haber podido llevar a cabo su proyecto. Será en 1906, cuando Michel Albin Bibal, alcalde de Masseube, lo adquiera. El 28 de marzo de 1907 Albin Bibal, siendo presidente de la asociación, donó el castillo de Mauvezin a la asociación l’Escòla Gaston Febus, en un acto público, comenzando diversas campañas de restauración que aún continúan.


Hoy el castillo es lugar de visitas y de aprendizaje con interesantes y diversas exposiciones que encontramos en su interior. El castillo está ampliamente señalizado en varios idiomas, posee zonas de video, zonas recreadas, zona de museo y desde sus murallas tendremos unas impresionantes vistas de los Pirineos.

Historia del castillo de Mauvezin
Es difícil resumir en pocas líneas la compleja historia y evolución del Castillo. Se estima que la primera fase constructiva del castillo fue realizada por Céntulo V, el Joven, (1058- 1090), vizconde de Bearne en el siglo XI. Céntulo fue el noble que otorgará a la ciudad de Olorón su fuero inspirado en el fuero de Jaca. El fuero de Olorón sería incorporado a los Fueros de Bearne siglos más tarde. Céntulo forjó una sólida alianza con Aragón y su rey Sancho Ramírez. En 1079 participó en el intento de conquista de la musulmana Zaragoza, ataque rechazado por Rodrigo Díaz de Vivar el Cid, al servicio de los sarracenos en aquel momento. En 1090, regresando a Aragón, al frente de sus tropas para participar en el ataque a Huesca junto al rey Sancho Ramírez, Céntulo V fue asesinado a traición mientras atravesaba el valle de Tena. Le sucedió su hijo Gastón IV.
El castillo pasó a ser propiedad de distintos señores nobles que fueron sucediéndose como la condesa Pétronille, Petronila de Bigorra o Petronila de Cominges ( c. 1184-1251) conocida como la condesa con cinco maridos.



Durante la Guerra de los cien años, (1337– 1453) el castillo fue asediado en 1373 por el conde de Anjou, hermano del rey francés Carlos V. Esta guerra tuvo su origen en las sucesiones dinásticas entre los reyes de Francia e Inglaterra y fue desencadenada por la confiscación del territorio francés de la Guyena, ya que desde el matrimonio de Leonor d’Aquitaine en 1152 con Enrique II Plantagenêt, los reyes de Inglaterra se convirtieron al mismo tiempo en duques de los territorios franceses de Aquitania y Guyenne.
Gastón Febo o Phébus
En 1379 el castillo de Mauvezin pasó a manos de Gastón III de Foix-Bearne, más conocido como Gastón Febo, Phébus or Febus (febo era el apodo del dios mitológico Apolo), conde de Foix y vizconde de Bearne, quien lo incorporó al territorio conocido como Nébouzan. Gastón sería el impulsor del torreón de 37 metros de altura y el refuerzo de sus murallas.


Dada la posición geográfica separada de sus dominios, Gastón Phebus se encontró con que era, al mismo tiempo, vasallo del duque de Gascuña y rey de Inglaterra, Eduardo III por el vizcondado de Bearne y vasallo del rey de Francia, Felipe VI de Valois, por el condado de Foix, y dado que los dos soberanos buscaban atraerlo a su órbita, Gastón Febo consiguió mantenerse neutral.

Las principales sedes de Gastón Febo fueron la ciudad de Orthez, Foix y Pau. Fue autor del tratado sobre la caza más importante e influyente de la Edad Media titulado Livre de chasse. Existen varios manuscritos de este libro, los dos mejor conservados están custodiados: uno en la Biblioteca Nacional de Francia y otro en el Museo Morgan de Nueva York, esté último perteneció a los Reyes Católicos de España que agregaron una miniatura con su escudo de armas al inicio.
Gastón Febo mantuvo conflictos con sus vecinos y fue enemigo del conde de Armañac y del rey de Navarra, Carlos II, llamado en Francia el Malo (le Mauvais). Gastón Phebus casó con la hermana del rey navarro, Inés, si bien, Gastón la repudió después de que naciera en 1362 su único heredero legítimo. El menor Gastón fue educado lejos de su madre expulsada a Navarra. Cuentan que hubo un complot organizado por el rey navarro para eliminar al conde Gastón Febo y poseer sus dominios, de forma que intentaron envenenarle a través de su heredero, su hijo Gastón, a quien convencieron para que matase a su padre, pero el joven Gastón sería descubierto y denunciado por su hermano Yvain, hijo ilegítimo. Durante una visita de Gastón Febo a su hijo en la cárcel de Orthez, éste se negó a dar los nombres de sus cómplices y en un ataque de furia, Gastón Phebus lo mató. Sería agosto de 1380. Sintiendo el infierno abierto bajo sus pies por haber matado a su hijo, Phébus huyó de Orthez, regresando tres años después. Instalado en el castillo de Pau, escribió su sorprendente Livre des Oraisons. Sus dominios no llegaron a pasar a poder de Inés de Navarra y fue sucedido por su hijo Yvain.
Durante la visita al castillo de Mauvezin veremos bastantes referencias a Gastón Phebus y una exposición permanente.

Toque-y si gauses (Touches-y si tu oses) Tócame si te atreves
Fébus avan!
Lemas de Gastón Phebus
Posteriormente, el castillo pasó a los herederos del Gastón Fébus, así, Juan I de Foix-Grailly (1382 – 1436) lo habilitó como residencia condal y en la puerta principal del castillo de Mauvezin podemos ver su escudo heráldico de un dragón con la inscripción j’ay belle dame “tengo bella dama”.

El castillo de Mauvezin, tras la muerte del Juan I de Foix, fue convertido en prisión y durante las Guerras de Religión del siglo XVI los hugonotes (protestantes) grabaron en la pared del torreón primitivo que está en el centro del patio, la siguiente inscripción: «Solo Dios será adorado y el anticristo de Roma abismado». Con Enrique IV de Francia y III de Navarra, el primer rey de la casa Borbón de Francia, la Bigorra y Neubezan, incluido el castillo, pasan a propiedad real pues el rey es el sucesor de la casa de Foix.
En 1715 el rey Luis XIV venderá el castillo y sus dominios al duque de D´Antin. Tras la Revolución será convertido en bien nacional.

La lengua occitana
Durante la visita al castillo de Mauvezin nos llama la atención la existencia de carteles explicativos en francés, inglés, español y en occitano, de hecho, hay una exposición permanente sobre este idioma que nos parece una mezcla de francés, español y catalán pero ¿Qué lengua es el occitano?


La palabra occitano proviene del nombre de la región histórica de Occitania, que significa el “país donde se habla la lengua de oc”. Occitania comprende todo el Mediodia francés, el sur de Francia, desde las costas del Atlántico hasta Mónaco.

No debemos confundir administrativamente la histórica Occitania con la región de Occitania, que es una región creada por una reforma territorial en 2014 siendo su ciudad más grande Toulouse. La región se creó al fusionar Languedoc-Rosellón y Mediodía-Pirineos y sus 13 departamentos. Entró en vigor el 1 de enero de 2016. Coincide geográficamente, en parte, con la región histórica de Occitania, pero la zona histórica y de influencia de la lengua de oc es más amplia.

El occitano o lengua de oc es una lengua romance europea. Es hablada por unos dos millones de personas, principalmente, en ocho regiones del sur de Francia, 32 departamentos, pero también en 12 valles de los Alpes italianos, en el Principado de Mónaco y en el Valle del Arán en España. En Arán la lengua de oc está reconocida oficialmente, es llamada aranés.
El nombre del idioma deriva de la palabra òc, que en occitano significa ‘sí’, en contraste con el francés del norte o lengua de oïl (pronunciado uí, el moderno oui francés). En catalán medieval, también se usaba hoc (òc).
Tiene diversas variables o dilectos según la región y se le da distintos nombres: el lemosín, el auvernense, el gascón, el languedociano, el provenzal, el aranés, así como el provenzal alpino

En el siglo XII los trovadores extendieron la cultura por toda en Europa con sus poesías en lengua occitana. La incorporación en 1229 por el Tratado de Meaux del Condado de Tolosa a las posesiones de la corona de Francia tras la guerra de la cruzada albigense, produjo buena parte del declive del uso de la lengua de oc al vincularse con los herejes cátaros. Uno de los pasajes en occitano más notables de la literatura se encuentra en el canto XXVI del Purgatorio de La Divina Comedia de Dante Alighieri (1265- 1321).

Durante el final de la Edad Media y la conquista por Francia de los ducados de Aquitania (1453) y el condado de Provenza (1481) todos los territorios occitanos pasan al poder real francés que buscará aplicar una administración centralizada desde París.
Será el rey Francisco I de Francia quien en 1539 promulgue la ORDENANZA DE VILLERS-COTTERETS reorganizando la justicia e imponiendo el uso exclusivo del idioma francés en todos los documentos oficiales del reino, públicos y privados así como en juicios. El occitano como lengua jurídica y administrativa dejó de ser usado.
La ordenanza toma su nombre del lugar donde fue promulgado, el castillo de Villers-Cotterêts, a unos ochenta y cinco kilómetros al noreste de París, también se le conoce como ordenanza «Guillemine», en referencia a su autor, el canciller Guillaume Poyet (1473-1548)
Compuesta por ciento noventa y dos artículos, esta ordenanza es el texto legislativo más antiguo que aún se encuentra en vigor en Francia, sus artículos 110 y 111 (concernientes a la lengua francesa) se puede decir que no han sido nunca derogados. El artículo 111 estableció el idioma francés como idioma oficial del reino con la idea de evitar cualquier disputa en la documentación usándose solo una lengua. La mayoría de historiadores consideran que esta norma no fue un intento de acabar con las lenguas regionales como el occitano, sino imponer el francés sobre el latín como lengua usada en juicios y documentos oficiales. Esta ordenanza también creó la obligación en las parroquias de que los bautismos debían ser registrados en idioma francés, y no en latín, y por duplicado. Será seis años más tarde cuando el Concilio de Trento ordene proceder de forma obligatoria en cuanto a realizar inscripciones de bautismo, matrimonio y defunción en toda la cristiandad.
art. 111.De prononcer et expedier tous actes en langaige françoys Et pour ce que telles choses sont souventesfoys advenues sur l’intelligence des motz latins contenuz es dictz arretz. Nous voulons que doresenavant tous arretz ensemble toutes aultres procedeures, soient de nous cours souveraines ou aultres subalternes et inferieures, soient de registres, enquestes, contractz, commisions, sentences, testamens et aultres quelzconques actes et exploictz de justice ou qui en dependent, soient prononcez, enregistrez et delivrez aux parties en langage maternel francoys et non aultrement. (De pronunciar y realizar todos los actos en lengua francesa. Y como tales cosas suceden muy a menudo, a propósito de la [mala] comprensión de las palabras latinas empleadas en dichos fallos, queremos que de ahora en adelante todos los fallos y otros procedimientos, sean de nuestras cortes soberanas o de otras, subalternas e inferiores, sean registros, expedientes, contratos, comisiones, sentencias, testamentos y todos los actos y ejecuciones de justicia o de derecho, cualesquiera que sean, sean pronunciados, grabados y entregados a las partes en lengua materna francesa y no de otra forma.)
Poco a poco, el idioma francés durante el siglo XVI comienza a ser usado por los escritores occitanos para tener mayor relevancia en todo el resto del reino, si bien, autores como Pèir de Garròs, Augièr Galhard o Loís Bellaud de la Bellaudièra continuaron escribiendo en occitano. En el Siglo XVII Pierre Godolin, poeta occitano, fue quien encabezó un renacimiento entre 1610 y 1630 de la lengua occitana.

El único lugar de la actual Francia que no fue sometido a esta ordenanza en el siglo XVI fue la región de Bearne pues dependía del reino de Navarra, y si bien, cuando en 1589 Enrique III de Navarra pasa a ser el rey de Francia como Enrique IV, la región de Bearne no fue anexada al reino francés y, por lo tanto, continuó usando como lengua oficial el occitano. Será en 1620 cuando Luis XIII anexione mediante los edictos de Pau los estados de Béarn a la corona y cree el Parlamento de Navarra en Pau imponiendo el uso del francés en la administración pero continúo usándose el occitano hasta la llegada de la Revolución.
La Revolución francesa de 1789 supuso la primacía del idioma francés frente a cualquier otra lengua consideradas despectivamente como lenguas «patois», lenguajes corruptos, instrumentos contrarrevolucionarios, opositores de la Revolución y de la igualdad. El francés será la lengua de la libertad «langue de la liberté» que debía prevalecer. Bajo Robespierre, el decreto de 2 termidor, año II (20 de julio de 1794) aprobó el terror lingüístico y persecución de la lenguas «patois».

Durante el siglo XIX Francia es la cuna de los avances y de la modernidad que muchos países intentan conseguir. Desde el punto de vista jurídico la Revolución y la codificación aportarán gran cantidad de vocabulario y textos en francés convirtiéndolo en el idioma de cultura, jurídico e internacional de la diplomacia.
Hacia la mitad siglo XIX, también, el occitano experimenta un renacer literario gracias a la organización “Lou Felibrige”, fundada en 1854 bajo el impulso del escritor occitano y premio Nobel en 1904, Frédéric Mistral.
En 1951, la ley Deixonne, Ley 51-46 de 11/01/1951 relativa a la enseñanza de lenguas y dialectos locales, autoriza la enseñanza facultativa de las lenguas regionales de Francia. A partir de los años setenta, se han ido creando escuelas de lenguas regionales y, en paralelo, se han promulgado varias leyes destinadas a proteger al francés del inglés, en particular, la Ley Toubon de 1994. En 1992 con la reforma constitucional del 25 de junio el artículo 2 de la Constitución fue reformado para indicar expresamente que «la lengua de la República es el francés». En 2008 fue revisada la Constitución francesa y añadido en el artículo 75.1 que «las lenguas regionales pertenecen al patrimonio de Francia». Dentro de estas lenguas regionales no solo hablamos del occitano si no de muchas otras lenguas como el bretón, corso, alsaciano, etc. La situación en Francia es compleja y se le unen diversas resoluciones de los tribunales y del Consejo de Estado francés, así como la normativa de la Unión Europea a favor de las lenguas regionales o minoritarias. Existe una extraña dualidad pues Francia apuesta claramente por el plurilingüismo en la Unión Europea, pero da pequeños pasos en su propio territorio. Aquí podéis leer un interesante análisis jurídico de la situación.

Los horarios y tarifas del castillo de Mauvezin las podéis obtener en la web oficial del castillo.
La abadía de Escaladieu
Dejamos el castillo de Mauvezin para visitar un abadía que está a muy pocos kilómetros del castillo, concretamente a unos 3,8 km, a 6 minutos en coche. Es la antigua abadía cisterciense de Escaladieu.
El nombre de la abadía Escaladieu procede del occitano «Escala a Diu» y del latín Scala Dei que significa «escalera a Dios». Se encuentra enclavada en la confluencia de los ríos Arros y Luz. Esta abadía fue fundada alrededor del año 1140 por monjes de la orden cisterciense.

La orden del Císter
Pero ¿Qué es la orden del Císter?
Francia, en el año 1098 varios monjes benedictinos encabezados por Roberto de Molesmes dejaban atrás su monasterio para comenzar una nueva vida mocacal en un apartado y tranquilo lugar lejos de la «opulencia». Este lugar se llamará Citeaux, cercano a la ciudad de Dijon, y será donde fundarán una nueva orden para practicar la regla benedictina, cuyo principal mandato es ora et labora, en toda su pureza y literalidad. Se conocerá a esta orden como orden del Císter, de Cistercium, nombre en latín de Citeaux. Estos monjes buscarán el ascetismo, como eremitas, la pobreza y el trabajo. Se les conoce también como «monjes blancos» en contraposición con la orden benedictina en general y, en concreto, con la orden de Cluny, cuyos monjes visten de negro, fundada en el año 909, Cluny fue el lugar de Francia donde se fundó el primer monasterio de esta orden también reformista de la orden de San Benito. La orden de Cluny llegó a tener una gran influencia y durante gran parte de la Edad Media casi todos los monasterios benedictinos estaban bajo el dominio de la orden de Cluny. Los cluniacenses adquirieron gran poder económico y político, y los abades más importantes formaron parte de las cortes imperiales y papales. Varios pontífices romanos fueron benedictinos provenientes de los monasterios cluniacenses, de ahí que ante la opulencia y el poder surgieran ordenes como la del Císter.

La orden del Císter se fue expandiendo y creando monasterios y abadías, siendo figura decisiva Bernardo de Claraval quién planificó y dirigió el diseño de nuevas abadías. A su muerte en 1153, la Orden había fundado 343 en toda Europa, aplicando el voto directo y personal para las elecciones de las personas que debían representarles como los abades y miembros del capítulo general. A Escaladieu llegaron en esa época, 1140. La arquitectura empleada por esta orden religiosa era consonante con sus ideas ascetas puras y rigurosas. Sus construcciones, en contraposición con las cluniacenses, son sencillas y simples, prescindiendo de adornos, esculturas y pinturas. Creaban espacios limpios entre el fin de románico y principios del gótico, es un «estilo de transición». En Escaladieu vemos esa arquitectura pero también tendremos que usar un poco nuestra imaginación, los tiempos cambian y los lugares también.

Escaladieu fue lugar de parada para los peregrinos del camino de Santiago que hacían la ruta de Piamonte (Chemin du Piedmont), una variante del camino de Arles o vía tolosana, y cercano al camino tradicional de Bearne. Si bien, al ser el císter es una orden de clausura y ascetismo no favorecía demasiado la atención a los peregrinos.

El edificio fue incendiado durante las Guerras de Religión en el reino de Francia durante la segunda mitad del siglo XVI (1562 -1598) entre católicos y hugonotes. Escaladieu sufrió reconstrucciones y transformaciones hasta el siglo XVIII. Si bien, se distingue la zona de claustro en el exterior, ahora inexistente, puesto que fue desmontado y vendido en el siglo XIX. Desde el claustro se entra a la sala capitular, con sus columnas de mármol de Campan, es el lugar de reunión de los monjes para tratar asuntos de importancia, junto a esta sala está el armarium para los libros. La disposición de las abadías y monasterios del císter se organizaba en torno a un claustro central que dan paso a la iglesia, sacristía, la sala capitular, la prisión y dormitorios; y al calefactorio, el scriptorium, el refectorio y la cocina, al otro lado.




La iglesia era el centro de la vida en el convento. Era de uso exclusivo de las comunidades de monjes y conversos. Los monjes accedían por puertas laterales de la parte delantera, por el día a través del claustro. El rigor del císter en la iglesia de Escaladieu queda patente por la armonía de sus proporciones, la simplicidad y la falta de adornos.

Nos parece peculiar el resto de la abadía, con aires del siglo XVIII. La explicación la encontramos en un cambio en la forma de organización del císter durante el siglo XVI con los abades comendatarios nombrados por el rey que en ocasiones eran laicos. El abad comendatario es una figura que existía desde el siglo VIII y con el tiempo fue origen de abusos en las órdenes religiosas. La nueva estructura también generó cambios en la arquitectura de Escaladieu. Así, en el siglo XVIII se construyó una nueva ala, que acogía las estancias de los abades comendatarios. Además, Escaladieu era tribunal eclesiástico. En la planta superior podemos observar un gran salón cuadrado y una galería que se abre a cinco salones, todos ellos con grandes ventanas. Igualmente se construyó el campanario octogonal y fue cambiada la entrada principal al monasterio, otorgándole al conjunto un aire moderno en consonancia a la época.



En 1793, tras la Revolución y el fin de las órdenes religiosas en Francia, la abadía fue vendida como propiedad nacional, usada como coto de caza, hacia 1825 la parte del claustro fue desmantelada y vendida. El edificio fue adquirido por la familia Nayrac a la que le sucedió la familia Frossard. Buena parte de la abadía fue usada como granero, establos, etc. En 1939 fue protegida por la figura jurídica de Monumento Histórico. En 1986 fue adquirida por la asociación «Rencontres de l’Escaladieu», que acometió los primeros trabajos de restauración. En 1997, pasó a ser propiedad del Consejo General de los de Altos Pirineos.
En la actualidad es lugar de exposiciones culturales de todo tipo y conciertos. Igualmente, existe un espacio multimedia dedicado a la orden del Císter y red de abadías cistercienses. La abadía posee zona de parking, tienda, zonas para comer, etc, en su web oficial podéis conocer horarios y tarifas.

Por cierto, la abadía de Escaladieu también ha sido uno de los escenarios de la película francesa Pacto de Lobos del año 2001 ambientada en la Francia de 1764
Más información y fuentes:
Exposición virtual de Gastón Phebus
Instituto de Estudios Occitanos
Charte européenne des Abbayes et sites cisterciens
Libros recomendados: