Si en Coimbra nació la primera universidad de Portugal, el país tomó el nombre de la ciudad de Oporto. El nombre de Portugal proviene del antiguo nombre de Oporto, llamada «Portus» por los romanos: «Portus-Cale», por un amarradero existente en un lugar fortificado llamado «Cale» que corresponde al primer asentamiento de la ciudad de Oporto. La ciudad está situada en la desembocadura del Duero y rodeada por colinas que coronan monumentos como la catedral. Su centro histórico fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1996 junto al Monasterio de la Sierra del Pilar y el Puente de Luis I.

Desde el impresionante puente de Luis I construido hacia 1881 uniendo Oporto con Vila Nova de Gaia (donde se encuentran las famosas bodegas), comenzaremos nuestro paseo jurídico por Oporto. Esté puente fue construido mediante un proyecto del ingeniero belga Théophile Seyrig, que fue colaborador y socio de Gustave Eiffel. El puente tiene 2 vías, una inferior y otra superior, ambas con pasos para peatones, la inferior para vehículos y la superior para tren.


Al cruzar el puente entramos en el barrio de la Ribeira, uno de las zonas más animadas de Oporto. Como su nombre indica, se encuentra en la ribera de río Duero con casas y edificios de vivos colores y donde comienzan a intuirse las empinadas calles que nos llevarán hacia la zona alta donde se encuentra la Catedral de Oporto, una de las visitas imprescindibles en Oporto.

La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Oporto y su Pelourinho
La Catedral de Oporto tiene aires de fortaleza, nos recuerda mucho a la Catedral vieja de Coimbra, con sus torres almenadas, y no es de extrañar pues compartieron maestros constructores, como el maestro del románico Soeiro Anes.

La Sé de Porto comienza su construcción hacia el año 1.110 en estilo románico con el obispo de Oporto Dº Hugo originario de Santiago de Compostela y a la manera de las catedrales de peregrinos europeas. Hacia el siglo XIII comenzarán las ampliaciones de estilo gótico. Su famoso claustro es de finales del XIV. El claustro fue revestido del típico azulejo portugués en el siglo XVIII con las reformas barrocas en su interior al igual que la portada principal fue modificada en 1772 dándole un aire rococó.




Llama la atención en la plaza de la Sé de Porto, la gran columna que se encuentra en el centro de la plaza. Es un pelourinho.

Un pelourinho es una columna generalmente hecha de piedra y, a veces, rematada y ornamentada. De origen romano, las funciones principales de estas columnas en el Antiguo Régimen eran: la penal, jurisdicional, publicitaria y simbólica.
Compartían función de picotas, es decir, era el lugar donde se llevaba a los reos condenados a penas de exposición pública o escarnio o se ejecutaban las penas como azotes o se exponían las cabezas o cuerpos de los ajusticiados por la autoridad, de esta forma, cumplían una función disuasoria o intimidatoria a futuros criminales. Si bien, los pelourinhos no eran patíbulos donde ejecutar la pena de muerte.
Los pelourinhos en Portugal también podían representar la categoría del lugar, reveladora de la personalidad jurídica de su Concejo y su independencia administrativa. Eran señal de jurisdicción judicial propia y, normalmente, se encontraban en plazas públicas cercanas a palacios, concejos municipales o tribunales.
Los pelourinhos también servían de lugares donde se leían o escuchaban las nuevas leyes, noticias o sentencias.
Será en 1822 cuando en su Constitución, Portugal prohibió el uso penal de los pelourinhos y en algunos casos fueron derribados: art. 11, «toda a pena deve ser proporcionada ao delito; e nenhuma passará da pessoa do delinquente. Fica abolida a tortura, a confiscação de bens, a infâmia, os açoites, o baraço e pregão, a marca de ferro quente e todas as mais penas cruéis e infamantes».
Este tipo de columnas son un peculiar fenómeno europeo: en Inglaterra se les llamaba «stocks, whipping-post o pillory». En Francia se les llama «carcan, pilori o échelle». En Italia: berlina, gogna o “coluna infamante”. En Alemania: pranger. En España se les conoce como «picotas, rollos o rollos de justicia».



En España de forma similar a Portugal también se distingue: «(…) La ‘picota’ y el ‘rollo’ no son la misma clase de monumento, aunque en un momento dado llegasen a asimilarse en uno solo; la picota, elemento más antiguo, tenía una finalidad punitiva efectiva, es decir, servía para infligir un castigo físico a los acusados de algún delito generalmente menor, mientras que el rollo tiene un origen posterior y convive en sus primeros tiempos con la picota, pues su propósito es hacer pública la condición de ‘villa’ adquirida por un lugar, y por tanto su autonomía para aplicar y hacer cumplir las leyes en nombre de la institución o persona (realengo o señorío, principalmente) que ostenta la jurisdicción. Este valor jurisdiccional que se atribuye al rollo es el que, por asimilación, lleva a que ocasionalmente se utilice también para aplicar castigos ejemplarizantes, lo que finalmente llevará a la fusión de los dos monumentos, el rollo y la picota, en uno solo. En cualquier caso, tanto la picota como el rollo desempeñan una función esencial en el sistema de control social y regulación de la conducta de las sociedades medieval y moderna en la Península Ibérica» (SIERRA, 2004: 21)
Entonces, ¿este Pelourinho de Oporto será una columna con mucha historia? A primera vista posee un elegante estilo rococó. Si bien, fue levantado tras la demolición de los edificios que rodeaban la plaza en un plan para dejar a la vista la catedral, actuación que fue llevada a cabo durante el periodo del Estado Novo. El Pelourinho de Oporto fue inaugurado en 1940 conforme a un grabado de 1791 y tenemos la tranquilidad que nadie ha sido ajusticiado en esta columna.
Si os interesa saber el emplazamiento del que fuera el pelourinho auténtico y del patíbulo de la ciudad de Oporto lo podéis encontrar en este grabado de 1789, una pista, buscad en la ribera.


Desde la catedral continuamos hacia otro icono de la ciudad: la Torre de los Clérigos que destaca en el cielo de Oporto pero antes pasaremos por la estación de tren de la ciudad, la bonita estación de São Bento (Estación de San Benito) construida sobre las ruinas de un convento del que toma nombre a finales del siglo XIX. Destacan sus murales que representan escenas de la historia lusa.



Praça da Liberdade y la Revolución de 1820
Tras dejar la estación llegaremos a la Praça da Liberdade


Oporto fue el escenario de inicio de la primera Revolución liberal portuguesa en 1820. Tal revolución ocurrió a instancias de un pequeño número de burgueses de Oporto, encabezados por el jurista Manuel Fernandes Tomás, abogado, político y juez desembargador del Tribunal de Relação de Oporto quien fundó la organización liberal llamada Sinédrio. Manuel Fernandes fue parte de la Junta Provisional do Governo Supremo do Reino, creada en Oporto para administrar el Reino después del triunfo de la Revolución y participó activamente en la elaboración de las Bases de Constituição da Monarquia Portuguesa, que el rey João VI juró en 1822.

Un año después de la victoria de los liberales, los gobernantes de la ciudad acordaron que se erigiría un monumento para evocar el éxito de la Revolución del 24 de agosto de 1820. Si bien, no dio tiempo a edificarlo pues en 1826, el rey Miguel I disolvió las Cortes e implantó el régimen absolutista.
Dos años después en 1828 las tropas de Aveiro y Oporto se rebelaron e intentaron volver al liberalismo. Pero la revuelta fracasó. Los rebeldes liberales fueron arrestados y doce de ellos condenados a morir (1829) en la horca instalada, precisamente, donde se iba a erigir el monumento de la Revolución Liberal del 24 de agosto de 1820.
Hoy, en el mismo lugar, se encuentra la imponente estatua ecuestre de rey Pedro IV. Al pie del monumento en dos placas de bronce están grabados los nombres de los 12 liberales que fueron ahorcados allí y que ahora son conocidos por los Mártires de la Patria.
Los Clérigos


La iglesia de los Clérigos de estilo barroco (1732-1748) fue construida sobre una colina llamada Colina dos Enforcados (ahorcados) o Campo das Malvas que era el terreno donde eran enterrados los malhechores, ladrones y asesinos, que perdieron sus vidas en la horca. Tras la ejecución los criminales perdían el derecho a ser enterrados en camposanto o en el interior de iglesias y eran cavadas tumbas en esta zona. Su torre es la más alta de Portugal con 76 metros de altura y tras subir sus más de 200 escalones nos permiten disfrutar una vista panorámica de Oporto. La Iglesia de los Clérigos tenía como misión atender a los desfavorecidos pobres de la ciudad incluyendo un hospital. http://www.torredosclerigos.pt/es/

La Cadeia da Relação. Justicia y Fotografía.
Tras dejar la Torre de los Clérigos y ver una enorme cola esperando bajo el sol para entrar en la librería más famosa de Oporto, la Librería Lello, en la que decidimos no entrar ante el éxito turístico de la tienda, nos dirigimos a la antigua Cárcel y Tribunal de Relaçao de Oporto, hoy Centro Portugués de la Fotografía, que bien merece una visita.

Hacia 1603 tanto el tribunal de la ciudad de Oporto como la cárcel se encontraban en distintos lugares. El tribunal tras su creación el 27 de julio de 1582 fue instalado en el Ayuntamiento y más tarde en un palacio. La cárcel, igualmente, estuvo cerca de la catedral por un tiempo y luego cercana al Ayuntamiento. Ante esta situación el rey Felipe II ordena la construcción de un único edificio que albergue la cárcel y el tribunal. En 1606 comenzaron la obras de un enorme edificio en la zona llamada Campo del Olivar cerca del cementerio dos Enforcados, a las afueras de la zona amurallada. Este primer edificio, de gran tamaño, donde podían tener cabida unos 1000 presos, tras unas obras de reforma se derrumbó por completo en el 1 de abril de 1752. Iniciándose sobre las ruinas del anterior la construcción del actual edificio que hoy podemos ver. Comenzó a ser construido en 1765 y finalizó en 1796.


De estilo Pombalino, de planta triangular, el edificio internamente, distingue dos espacios claramente diferenciados y aislados el uno del otro: la zona del tribunal y la de la cárcel, tan sólo unidas para realizar el servicio de traslado de presos ante los jueces. Las salas del tribunal son altas y bien iluminadas en contraposición a la zona de prisión que, a su vez, está dividida en distintas zonas según el crimen, condición social y económica, sexo o edad.



Los calabozos tenían nombres de santos: San Antonio y Santa Ana para los hombres; Santa Teresa, para las mujeres y Santa Rita para los menores.





En la sala del tribunal había una capilla, pues en las Ordenaciones del Reino se establecía que «el gobernador acogerá a un sacerdote, quien celebrará la misa en la casa de la Relaçao o en el lugar que para ello se ordenare «. Los presos oían misa tras las rejas de las y pasillos que daban al zaguán.

Por estas celdas han pasado algunos famosos personajes de la historia de Portugal. Por el número 8 de los llamados cuartos de Malta pasaron, por ejemplo, los Mártires de la Patria de 1829; el duque de Terceira (Antonio José de Sousa Manuel e Meneses Severim de Noronha), lugarteniente de la reina Maria II en las provincias del norte, detenido en octubre de 1846, con varios generales y oficiales; el escritor Camilo Castelo Branco ocupó la celda de San Juan (1860), mientras Ana Plácido permaneció en el pabellón de las mujeres, acusados, ambos, del delito de adulterio.

También estuvo preso en Oporto, Urbino de Freitas, profesor en la Facultad de Medicina, acusado de haber asesinado por envenenamiento a unos sobrinos suyos para adueñarse de la herencia que les correspondía. El bandolero José do Telhado, el caudillo miguelista Pita Bezerra y el periodista y político João Chagas conocieron también las celdas de esta vieja cárcel.

Esta prisión estuvo en funcionamiento hasta 1974. En 1988 el Instituto Portugués de Patrimonio comenzó la restauración del edificio que desde 2001 alberga los servicios y exposiciones del Centro Portugués de Fotografía.
Justicia y fotografía
El francés Nicéphore Niepce tiene el honor de ser el autor de la primera fotografía realizada con éxito en 1826. Luis Daguerre perfeccionando la técnica con sus daguerrotipos, en 1839, dio a conocer su invento en la Academia de Ciencias Francesa de París.

El éxito de Daguerre fue enorme y su invento empezó a difundirse por Francia gracias a que el Gobierno francés adquirió el sistema Daguerre para su libre difusión sin patentes. En ese mismo año ya se realizaron demostraciones públicas en varios países como Portugal, España, Brasil y Estados Unidos.
La fotografía se hace popular y no sólo como forma artística. Comienza a utilizarse como un magnífico soporte que capta la realidad para ser mostrada en otro momento y tiempo.

A partir de 1880 ya existe una gran variedad de cámaras sobre placas secas, húmedas, película cortada y películas enrollodas. En el ámbito médico comienza utilizarse para documentar patologías. Coincidiendo con el nacimiento y auge de la criminalística y la psiquiatría forense se utilizará como medio de estudio de las escenas del crimen y de los criminales. Así, por ejemplo, en Brasil hacia 1870, por iniciativa de Luiz Vianna de Almeida Valle, médico y director de la Casa de Correção da Corte, los presos comienzan a ser fotografiados. Figuras como Alphonse Bertillon en Francia usará la cámara como técnica de investigación forense. Más tarde con los avances técnicos en el ámbito del periodismo los diarios ilustrarán noticias con fotografías que demuestran el enorme poder de las imágenes.



La justicia y los tribunales no escapan a la fotografía. Los jueces comienzan a considerar el valor de las fotografías como representación de una verdadera realidad llegando a obtener el estatus de instrumento de prueba que debe ser interpretado junto a otros elementos pese a la desconfianza de algunos jueces.
La imagen es incorporada al proceso como documento que prueba, en el ámbito penal, la dinámica de los hechos delictivos o la identidad de los autores, pero siempre confrontada con otros medios como testigos o periciales (huellas, reconocimientos, etc) y la apreciación directa del juez de todos los elementos y del acusado.
Igualmente, la fotografía fue usada como medio de copia de documentos importantes del proceso que las partes querían preservar de posibles riesgos.


La instalación del Centro Portugués de Fotografía en el edificio del antiguo tribunal y cárcel no podría ser más acertada para comprender esos inicios de la historia de la fotografía y su relación con la justicia. En su exposición permanente «Sala da Memoria» veremos cámaras usadas en la prisión, por la policía de Oporto, fotografías de los archivos y una enorme colección de máquinas fotográficas de todos los tiempos gracias a la labor del historiador y coleccionista António Pedro Vicente . Aquí el horario del Cpf


El Tribunal de Relaçao de Oporto. El Museo Judicial.
No tendremos que alejarnos mucho del Centro Portugués de Fotografía para conocer dónde fue instalado el Tribunal de Relaçao de Oporto. A sólo unos pasos podremos ver el edificio del Palacio de Justicia de Opoto.

En este edificio construido hacia 1961, separando cárcel del Tribunal, al estilo del Estado Novo (como vimos en el Universidad de Coimbra) sobre el solar que ocupaba el antiguo Mercado del Pescado se instaló el Tribunal de Relaçao de Oporto, el tribunal superior de segunda instancia. Es un edificio de siete plantas con líneas y aspecto clásico. También es sede de los Tribunales Judiciales de la Comarca, es decir, órganos jurisdiccionales de primera instancia civiles y penales. Para conocer más sobre el sistema jurídico de Portugal puedes consultar en este enlace.
La construcción se adorna con esculturas en el exterior e interior y pinturas en el interior del edificio sobre la justicia y personajes de la historia jurídica. La imponente estatua de bronce que representa la Justicia es obra Leopoldo de Almeida y a su espalda veremos un bajorrelieve con escenas de temas bíblicos y alegóricos de las 4 virtudes cardinales : Prudencia, Justicia, Fortaleza y Tamplaza cuyo autor fue Euclides Vaz. En la entrada podremos ver estatuas representando las fuentes del Derecho y juristas como Ferreira Borges padre del primer código de comercio portugués.






El Palacio de Justicia de Oporto también posee un pequeño Museo Judicial, a modo de colección de piezas de arte como esculturas y óleos originarios de las antiguas instalaciones del tribunal y de la cárcel, como el retablo al óleo del siglo XVIII con la imagen de Nuestra Señora de la Concepción, patrona de Portugal, que estaba instalado en la capilla de la Sala de Sesiones o una imagen de madera policromada de San Antonio. También el museo incluye un exposición con libros de Derecho como un Corpus Iuris Civilis Romani de 1726 o los libros de visitas y de condenados de la antigua Cadeia.


El museo posee una colección de objetos también usados en la antigua Casa de la Relaçao de Oporto: Sellos de Comercio de Oporto; Escritorios de plata; Las urnas que se utilizaron en la distribución de asuntos, una caja de dactiloscopia utilizada en el proceso de identificación a través de huellas y una colección de vestimentas profesionales de jueces, letrados y fiscales.
Este museo custodia los expedientes judiciales de famosos procesos como el del escritor portugués del Romanticismo tardío Camilo Castelo Branco uno de los autores más reconocidos de la literatura portuguesa.
Camilo Castelo fue acusado en 1860 de adulterio por la denuncia del marido de Ana Augusta Plácido, también escritora. El proceso fue instruido por el juez José María de Almeida Teixeira de Queirós, padre de otro famoso escritor, José Maria de Eça de Queiroz, autor de la conocida novela «El crimen del padre Amaro». Camilo Castelo fue defendido por el célebre abogado Joaquim Marcelino de Matos. Ana Plácido fue detenida el 6 de junio de 1860, y Camilo se entregó en octubre. Ambos estuvieron detenidos en la Cadeia da Relação, a la espera de juicio, durante algo más de un año. Después de muchos incidentes procesales, llegando el asunto incluso al Supremo Tribunal de Justicia, se celebró el juicio con enorme expectación pública el 15 de octubre de 1861 y finalizó el 17 del mismo mes. La sentencia fue absolutoria del delito de adulterio. Camilo y Ana Plácido, tras la muerte de su marido, tuvieron dos hijos. En los alrededores de la Antigua Cadeia hay una estatua de Camilo y Ana del escultor Francisco Simões, titulada Amor de perdición como la famosa novela de Camilo Castelo.



Igualmente, en los archivos del Museo se encuentra el proceso contra el médico Urbino de Freitas que en 1890, ingresó a la cárcel de Relaçao de Oporto acusado de la muerte por envenenamiento de su cuñado, José António Sampaio, y de su hijo y sobrino. Este crimen se le conoció popularmente como el «Crimen de la calle de las flores».
El médico Urbino fue sentenciado y condenado en 1893 a la pena de prisión de ocho años y deportado a Brasil desde donde trató de reabrir su proceso y demostrar su inocencia.
Encontramos también el proceso contra Zé do Telhado (1818-1875). Un militar y ladrón famoso portugués conocido por «robar a los ricos para dar a los pobres» a quien muchos consideran el Robin Hood portugués. Fue declarado culpable por sentencia 27 de abril de 1861 a la pena de trabajos forzados de por vida en África, condenado por robo y asesinato de varios personajes ricos.
El Museo Judicial de Oporto es gratuito y tiene horario de lunes a viernes entre las 9:00-12:30h y 13:30-17:00h
Desde el Palacio de Justicia no podremos perdernos el Jardín de la Concordia desde donde llegar a la Universidad y Museo de Historia Natural, la Fuente de los Leones y visitar la Iglesia do Carmo de fachada con bonitos azulejos azules del siglo XVIII y montar en el tranvía Carmo 22.



De ahí, regresando a la antigua Cadeia de Relaçao, bajando por la calle São Bento da Vitória donde se encuentran el Monasterio e Iglesia de São Bento da Vitória así como la Iglesia de Nuestra Señora de Victoria, encontraremos un mirador desde donde disfrutar la vista a la Sé, Duero y el puente de Luis I. Luego tomaremos la típica y famosa calle San Miguel para llegar, ya cerca de la orilla del Duero, al Palacio de la Bolsa de estilo neoclásico y la Iglesia de San Francisco del siglo XIV con interiores revestidos de oro.



Nos dejamos muchos otros lugares que ver en Oporto pero sería imperdonable no ir a las bodegas en Vila Nova de Gaia, al otro lado de la Ribeira. Retomando el camino, por el puente del Luis I o bien haciendo una excursión en barco turístico, nada mejor que terminar nuestro viaje tomando una copa de vinho verde, o un generoso vino de Oporto que tiene el honor de pertenecer a una de las denominaciones de origen más antiguas pues en 1756 se funda a instancia del Marqués de Pombal la Compañia Geral da Agricultura das Vinhas do Alto Douro cuyo fin era la producción y distribución en exclusiva de vinos de la región «demarcada do Douro», es decir, los vinos de Oporto.

Tal Compañía se constituyó, entre otros fines, para garantizar y reforzar las relaciones comerciales entre Portugal e Inglaterra. Con el Tratado de Methuen o Tratado de los Paños y los Vinos de 1703 entre ambos países con sólo 3 artículos (el texto más breve de toda la historia diplomática europea, según indica el historiador Joaquim Veríssimo Serrão) se establecía por los ingleses un trato a favor de los vinos portugueses y los portugueses adquirirían productos textiles ingleses. Tenemos que recordar que estas relaciones portuguesas de amistad anglófilas se afianzaron con motivo de la Guerra de Sucesión española para evitar que Francia controlase España. Inglaterra, evitando el comercio con Francia, buscó otros vinos distintos a los galos. Los ingleses como se puede ver en el nombre de las bodegas de Oporto también se instalaron en Portugal.

En cualquier caso, la Compañía Geral da Agricultura das Vinhas do Alto Douro fue «un estado dentro del estado» (Sousa Costa), podía cobrar impuestos por delegación estatal; poseía amplias prerrogativas y privilegios de los poderes públicos; «Con medios propios de la autoridad pública» (Vital Moreira), es decir, con su propia jurisdicción, incluso poseía su propio Tribunal; y controlaban que el origen y calidad del vino de la demarcación de la región del Duero fue la correcta y propia de esa zona, evitando adulteraciones del vino.




Restaurantes y hoteles en Oporto:
Más Información:
OS PELOURINHOS DA LUSITÂNIA (1820-1974) António Manuel Amaro Rosa. 2014
Free tour por el Oporto oculto
http://camilocastelobranco.org/
Centro Portugués de Fotografía
Excursión por Oporto y visita a bodega
Tour guiados por Oporto con distintos planes
Libros recomendados: