Motivos para viajar y consejos … según un viajero de 1787

DIARIO CURIOSO, ERUDITO , ECONÓMICO , Y COMERCIAL.

Año 1787

Madrid

Modo de viajar para sacar fruto de los viajes

Son los viajes la escuela más instructiva del hombre: Solo mediante ellos puede aprender a conocer bien a sus semejantes, y solo viviendo entre pueblos diferentes, y estudiando sus costumbres, su Religión y su Gobierno, tendrá un término de comparación para juzgar bien de las costumbres, del gobierno y la Religión de su país. Dominado por las preocupaciones de la educación, sujeto a la ley del hábito, mientras no deje su tierra natalicia, no verá a las demás naciones sino como por medio de un vidrio opaco, que cambiando a sus ojos las formas y colores de las cosas, le hará formar juicios falsos. Se admirará de los errores de los pueblos al paso que pagará tributo a otros más patentes; se reirá de la ridiculez de sus usos y él mismo será esclavo de otros no menos extravagantes.

Pero si examina con atención y juicio las costumbres y el genio de varios pueblos; si calcula hasta que punto influyen la educación, las leyes y el clima en las cualidades físicas y morales, se dilatará la esfera de sus ideas; la reflexión lo librará del yugo de las preocupaciones, y romperá los lazos con que la costumbre tenía aprisionada su razón. Entonces volviendo los ojos a su patria, caerá el velo que los cubría, desaparecerán los errores que había adquirido en ella, y la verá bajo otro aspecto muy diverso.

Antes de emprender sus viajes le importa tener un conocimiento profundo de la geografía y de la historia. La primera le indicara los pasajes que sirvieron de teatro a grandes sucesos; y la segunda le traerá éstos a la memoria. Con la luz de estas dos antorchas, si recorre las regiones orientales donde han acaecido las revoluciones espantosas que más de una vez han mudado la faz de la tierra, verá por decirlo así animarse delante de sus pasos cuantos objetos encuentre. Los mármoles, las ruinas y los montes, hablarán a su mente y a su corazón.

En Grecia entre malezas y abrojos leerá estas palabras con que la patria honró las cenizas de un héroe: Sta viator, heroem calcas. (Párate viajero, pisas a un héroe). Aquel peñasco que pende a modo de precipicio sobre el abismo de los mares, le hará presente la suerte funesta de la amante desesperada (Safo) que por el fuego y la sublimidad de sus versos mereció el renombre de décima Musa. Aquellas tristes ruinas, últimas reliquias de dos famosas repúblicas, le recordarán el hombre ennoblecido por el amor a la libertad, engrandecida su alma, y perfeccionadas todas las facultades de su cuerpo y espíritu. ¡Quantas comparaciones de lo que era entonces con lo que es en el día se presentarán a su entendimiento ilustrado! Que inmensa cadena de acontecimientos tendrá que recorrer. Pero contentándose con indicar los grandes sucesos presentará al lector pinturas breves y enérgicas en que lo pasado y lo presente reunido y comparado con puntos luminosos se toquen sin confundirse.

A la vista de los monumentos soberbios que aún posee el Egipto reflexionará sobre lo que sería aquel pueblo, cuyas obras, solas entre las de todas las naciones antiguas, han vencido las injurias de los siglos: que sería aquel pueblo que parece no trabajaba sino para la inmortalidad, y al cual fueron a buscar los conocimientos con que enriquecieron su patria Orfeo, Homero, Herodoto, Platón y otros.

Sentirá que los esfuerzos de los sabios eruditos no hayan podido rasgar el velo y descifrar los jeroglíficos en aquella rica región. La inteligencia de estos caracteres ilustraría la Historia antigua y derramaría quizás alguna luz sobre las tinieblas que cubren los primero tiempos del mundo. (1)

Hecho ciudadano del Universo, se hará superior a toda parcialidad y a toda opinión; y para pintar las ciudades y los países, dejará que la verdad conduzca sus pinceles. Pero cuide de no colocarse en el primer término de sus cuadros, rodeándose de una claridad que cause gran sombra al resto de los personajes como lo hacen tantos viajeros. Déjese ver pero sin afectación, cuando lo exija la inteligencia del asunto, o cuando se requiera para dar peso a los hechos que refiere. Tales son los conocimientos que debe al menos poseer el que desee viajar con fruto; y tales los principios de que debe estar penetrado.

Recorriendo tierras extrañas verá hombres, que al principio le parecerán de una nueva espacie. Debe observar el influjo del clima, el imperio de la Religión, la ley imperante de los usos antiguos, y la acción que ejerce de continuo el despotismo sobre los débiles mortales y en esto hallará la historia de sus vicios y de sus virtudes. Para mayor facilidad de este estudio le conviene aprender varias lenguas, tratar con extranjeros y vivir entre ellos; y para que los pueblos que visite le parezcan cuales son, deje en su patria las preocupaciones.

Esmérese en pintarlos sin separarse de la naturaleza. Que el Turco sea Turco, y el Chino Chino y no nos represente a España en Constantinopla o Pekin. Si al leer su relación le acompaña el lector con gusto; si le mueve la verdad de las descripciones; si le instruyen los apuntamientos geográficos e históricos; si los sucesores memorables que recuerde a su memoria los halla colocado en el cuadro que les conviene; si le parece expuesto con juicio y reflexión el paralelo de las costumbres antiguas y modernas, habrá alcanzado el logro de sus deseos; y las fatigas, los peligros y los trabajos que haya padecido serán para él un motivo de consolación.

A las luces y al genio de observar necesita unir aquella sensibilidad viva profunda, e insinuante que se requiere para observar y describir con interés si no se enterneció al aspecto del lugar en que fue asesinado el gran Pompeyo al desembarcar de cerca de Pelusa; si las maravillas del Egipto no le han causado admiración y pasmo; si no gimió al pisar los restos augustos de Alexandria, y al acordarse de la pérdida de 4000 tomos consumidos por las llamas; si el fuego del entusiasmo no ha abrazado su corazón cerca de las ruinas de Troya, de Sparta, y Atenas; guárdese de escribir; la naturaleza no lo ha formado para trasmitir a sus semejantes las grandes impresiones que deben producir los grandes objetos.

DIARIO CURIOSO, ERUDITO , ECONÓMICO , Y COMERCIAL. Año 1787. Madrid

El diario curioso-erudito y comercial público y económico fue el primer diario español, fundado por el polígrafo y periodista Francisco Mariano Nipho (1719 -1803) al que Fernando VI le concedió Real Privilegio para su impresión, que lo hacía en su propia imprenta y cuya publicación experimentó numerosos cambios a lo largo del tiempo, tanto en la denominación de su cabecera, como en los contenidos y en la de sus propietarios, llegando hasta 1917, con el título de Diario Oficial de Avisos de Madrid. Nipho fundó en el siglo XVIII un número considerable de periódicos que dirigió bajo diferentes seudónimos: “Mariano de la Diga”, “Manuel Ruiz de Uribe”. Está considerado como el padre y el gran innovador del periodismo español moderno. Entre las novedades que introdujo en su Diario noticioso, se encuentran la división entre noticia y opinión y el establecimiento de secciones fijas. Fue el primero que publicó las cartas de los lectores, difundió noticias de carácter económico y comercial, discursos morales, artículos curiosos y eruditos, muchos de ellos traducidos de periódicos franceses, textos en verso y avisos públicos. (…) El Diario noticioso ofrecía también noticias de ventas, alquileres, empleos (amos y criados) y curiosidades históricas y estuvo dirigido al gran público. Sin embargo, Nipho abandonó pronto su diario al venderle su participación a su socio Juan Antonio Lozano, en mayo de 1759. Luego lo sustituyó el impresor y grabador Santiago Thevin, al que sucederá su viuda y después su hijo del mismo nombre, hasta abril de 1824. El periódico no se publicó entre julio de 1776 y diciembre de 1777. Dejó también de publicarse entre 1782 y junio de 1786, apareciendo de nuevo a partir de julio de 1786 con el título de Diario curioso, erudito, económico y comercial (Biblioteca Nacional).

El mundo en 1787

En 1787, terminada la guerra Independencia de los Estados Unidos, 55 representantes de las antiguas colonias se reunieron en Filadelfia para redactar una constitución, será la llamada Convención de Filadelfia. Se creaba así un único gobierno federal, con un presidente de la república y dos cámaras legislativas. La constitución fue promulgada el 17 septiembre. Faltaban solo dos años para el comienzo de la Revolución francesa en 1789 que marcará el inicio de la Edad Contemporánea.

Mozart estrenaba en octubre Don Giovanni en Viena.

El 18 de noviembre 1787 nacía en Francia Louis Daguerre el inventor de la fotografía.

Edmund Cartwright inventaba el telar movido por vapor.

En Lisboa, el 9 de enero de 1787, se inaugura el nuevo observatorio de la Real Academia de Ciencias.

Comenzaba la segunda Guerra de Rusia contra Turquía.

Se asientan en Sierra Leona 400 esclavos libres desde Londres fundando la ciudad de Freetown.

En España reinaba Carlos III (1716-1788). Se publica el Real Decreto de 20 de febrero de 1787, que ordena la creación de las primeras Escuelas de Buceo en el mundo como consecuencia del rescate del navío San Pedro de Alcántara en Peniche.

París, diciembre de 1787, las tempestades arruinan las cosechas. El grano que se ha podido salvar causa fiebres pútridas y otras enfermedades a los que por necesidad se alimentan con ellos.

(1) no fue hasta 1822 cuando Jean-François Champollion anunció en París el descifrado de los textos jeroglíficos egipcios